Hoy voy a contar algo que nunca imaginé:
Estaba en un portal y una voz me dijo:
Ven, ven, ven…

Era tarde ya y mis ojos no veían bien,
pero accedí a probar la miel...
Ojos preciosos como diamantes y cara angelical.
Sonrisa inocente y voz adorable...
Monstruo sin igual.

Convencido de que éramos amigos
me dejo llevar,
pero me coge la mano y siento un poder infernal.
Convencido de que éramos amigos
me dejo llevar.
Me dejo llevar.

Cuando nace el sol despierto en una habitación
roja como el fuego, silenciosa cual dolor.
Levanto la mirada: caras afligidas
dentro del televisor.
Muertos a montones y un cartel que pone:
¡Se busca al agresor!
Lagunas en mi mente, recuerdo lentamente
que algo malo hice ayer.
Frío en mi cuerpo, corazón sangriento.
Mi alma ya no me pertenece.

​

Oh dios!

Oh por dios!

¿Qué hice esa noche?

¿Quién era aquel ser?

¿Quién no iba a fiarse de un ángel?

Y ahora vivo en el infierno…

Convencido de que éramos amigos

me dejo llevar,

pero me coge la mano y siento un poder infernal.

Convencido de que éramos amigos

me dejo llevar.

Me dejo llevar.

​